Paseo hasta el Martinete

Por José Antonio

Partiendo desde la plaza del Riñón, nos encaminamos por el sendero forestal, aprovechando la brisa fresca y la tranquilidad de las primeras horas de la mañana. Sin embargo, no éramos los únicos con esta idea; nos encontramos con numerosas personas que compartían nuestra ruta, todas con el propósito de sumergirse en la serenidad que el entorno ofrece.

Durante el recorrido, de vez en cuando nos deteníamos para apreciar la flora silvestre que adornaba el camino. María José identificó diversas plantas: juncos, alisos, menta, achicoria e hipérico, entre otras. También nos encontramos con vacas y jumentos que posaron amigablemente para nuestras cámaras, añadiendo al paseo un toque encantador.

Al llegar al Martinete, buscamos la sombra que el lugar ofrecía. A pesar de que el río estaba notoriamente seco, algo común en esta época, podíamos sentir la energía refrescante que el escaso agua aún nos proporcionaba.

Observamos que en un pretil faltaban varias piedras que se habían precipitado hacia el río. Aunque cintas de advertencia indicaban el peligro, nos sorprendió que esta situación persistiera desde el pasado 31de diciembre, cuando al parecer un vehículo impactó contra el puente.

Decidimos tomar acción y publicar una breve reseña a través de Facebook, señalando esta situación y enviando un mensaje sobre la publicación al ayuntamiento de La Adrada. Recibimos pronta y favorable respuesta, asegurándonos que llevarían nuestro mensaje a la corporación municipal.

Pero bueno, lo que realmente enriqueció nuestra excursión fue la compañía. En un ambiente de camaradería y alegría, cada momento se volvió especial,  forjando recuerdos agradables para el futuro.

Y como en anteriores ocasiones, finalizamos la caminata con un reconfortante desayuno con café, porras y churros en La Golondrina.