Por las tres gargantas

Un documento de Conchi Roldán y Juan Luis Calzado.

 

Detalles
Distancia: 6,2 kilómetros
Dificultad: Baja, al ser todo el recorrido por pista asfaltada.
Duración: 1 hora y media aproximadamente.


Plano (pincha sobre él, para ampliarlo)

 

El recorrido
Iniciamos el recorrido partiendo del pueblo por la C-501 en dirección a Piedralaves. A poco menos de un kilómetros nos encontramos un puente de pretiles bajos, que cruza la primera de las gargantas, la de Santa María.


Garganta de Sta. María

 

Apenas 200 metros más abajo, veremos el segundo puente de las mismas características del anterior y bajo el cual transcurre la segunda de las gargantas, La Garganta de los Hornillos.


Garganta de “Los Hornillos”

 

A mano derecha de ese puente, sale un camino de tierra, que como indica el cartel, lleva a la Presa de la Pinara y que en esta ocasión obviaremos, sirviéndonos solo de referencia.

Nada más cruzar el puente y a mano izquierda, se abre una gran explanada semiasfaltada, al fondo de la cual veremos un kiosko rodeado de pinos gigantes. Estamos en el paraje denominado “Las gorroneras”.

Tomaremos una pista asfaltada que sale de la C-501 a esta altura y a nuestra izquierda, para adentrarnos en un inmenso pinar que sólo se suaviza por la presencia de algunos hermosos prados que si es primavera, podremos admirarlos en toda su belleza de colores amarillo y violeta.


Prado detrás de “Las gorroneras”

 

Continuando el camino, nos introduciremos de nuevo en la zona de pinares a ambos lados, para llegar a poco más de un kilómetro a la última de las tres gargantas, la de Valdetejo, llamada también Río Escorial.


Camino hacia el Puente Nuevo

 


Garganta de valdetejo (o río Escorial)

 


Puente Nuevo

 

Antes de llegar al puente que la cruza y en diagonal sobre la carretera, veremos un camino pedregoso, que no es otro que el antiguo camino que unía a La Adrada con Piedralaves. Una vez en el puente, podemos bajar a la garganta para disfrutar del frescor de la misma y contemplar los dos únicos y desiguales ojos que el mismo tiene. Se le conoce como Puente Nuevo, pues su antigüedad data de 1.791 y fue construido por el pueblo de Piedralaves, como todavía se puede leer en uno de sus pilares.

 

Continuando el recorrido, un centenar de metros más arriba, el paisaje se abre de nuevo a ambos lados en sendas praderas.


Pradera con caballos

 


Prado del Orejúo

 

A la derecha, las instalaciones de una explotación de vacuno llamada El Sinaí, hasta hace poco en funcionamiento. A la izquierda más pinares y al fondo las cumbres nevadas de las sierras adradenses.

Avanzando un poco más y a nuestra izquierda, veremos una pradera muy conocida en el pueblo por ser muy visitada por los madrileños en épocas de primavera: El Prado del Orejúo. A mano derecha, sale un camino de tierra que lleva a Las Juntas, hermoso paraje, merecedor de otra excursión. Siguiendo siempre la pista asfaltada, desembocaremos en la carretera que va de La Adrada a La Iglesuela, dejando a nuestra izquierda el cementerio local y a la derecha el campo de fútbol.

 

Nos queda menos de un kilómetro para llegar al punto de partida y podemos hacerlo por la hermosa y ancha acera de reciente construcción y provista de bancos para descansar si la ocasión lo requiere.

Mirando a nuestra derecha, observaremos el castillo de La Adrada que, tras su reciente construcción, mira orgulloso a su pueblo desde el altozano. Mirando a la izquierda, los hermosos prados de otra explotación ganadera, dominados al fondo por el pueblo de Piedralaves, incrustado en sus montañas.

Panorámica- explotación ganadera y al fondo Piedralaves

 

Salpicando estos prados, algunos de los mejores ejemplares de alcornoques de la comarca, de una frondosidad y belleza dignos de contemplación.

Ejemplar de alcornoque

 

Lindando con esta explotación ganadera se encuentra la Residencia de los Salesianos, a las puertas mismas de La Adrada, donde finaliza nuestro recorrido.

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