Realizada de 27 de mayo de 2017
Texto y fotografías: Pepi Rodríguez
Ruta del Ortigal. Fuente de “El Vao”. Foto de MJR.
Quedamos muy temprano en la Plaza del Riñón para emprender esta ruta a cargo de nuestro socio Mariano. Al ser natural de Piedralaves, tuvimos la suerte de contar con su experiencia y explicaciones sobre aventuras, hazañas e historias conocidas sobre la ruta.
Empezamos, por así decirlo, desde la fuente de “El Vao”, junto al río Escorial y donde muy cerquita aún permanecen los restos del Puente del mismo nombre, derruido hoy, ya que se lo llevó una gran crecida a finales del siglo XIX, interrumpiendo con ello el Camino Real que lo atravesaba. El río Escorial discurre por este paraje hacia “Las Juntas” camino del río Tiétar, que en esta época lleva agua tranquila, transparente y fresquita.
Ruta del Ortigal. Digitalias. Foto de MJR.
Ruta del Ortigal. Restos del Puente de “El Vao” del Camino Real. Foto de MJR.
Una vez puestos en marcha, acompañamos al río en su recorrido por el camino paralelo, dejando a la izquierda un bonito prado en el que a cierta distancia se pueden observar las cigüeñas y sus nidos sobre los árboles.
Donde el río se aleja del camino, nos adentramos hacia la izquierda en un sendero para seguir su curso y encontrarnos en un paraje extraordinario donde haciendo silenciar a nuestras voces, disfrutamos de los sonidos de la naturaleza, trinos de pájaros y flores salvajes propias de la estación (digitalias, piornos, zuagarzos … ). Aprovechamos altos en el sendero para guardar un recuerdo del grupo participante, haciendo fotos en cada recodo que queríamos no olvidar. El sendero no es dificultoso y está lleno de rincones para retener en la mente.
Cuando el curso del río gira hacia la derecha, nos fuimos alejando para adentrarnos entre pinos muy rectos y altos, a pesar de que uno de ellos estaba doblegado, quizá para llevar la contraria al resto.
Ruta del Ortigal. Fuente de “El Vao”. Foto de MJR.
Como la ruta programada es circular, ya íbamos regresando al punto de partida cuando nos deparaba la visión de un gran prado, con ganado pastando y algunas reses descansando a la sombra de los pinos, para aguantar la mitad de la mañana en sus horas calurosas, pues el calor ya empezaba a hacerse notar. Ni se inmutaron por nuestro paso pero no nos quitaron ojo y nosotros intentamos mantenernos a distancia prudencial para que así siguieran. Vislumbramos el prado de las cigüeñas y recorrimos la distancia que nos separaba del punto de partida.
Se estaba muy bien en la sombra junto a la fuente de ”El Vao” y como Mariano llevaba en su coche la mesa de la Asociación, se montó el chiringuito y nos ofreció un gran aperitivo que nos supo a gloria. Así, charlando y charlando, nos dieron las dos de la tarde y sin ganas de regresar tuvimos que recoger los bártulos… y de vuelta para La Adrada.
Mariano, fue un placer tenerte de guía y disfrutar de esta maravillosa ruta. Muchas gracias y… ¿Para cuándo la próxima?
Ruta del Ortigal. Flores de Zuogazo. Foto de MJR.